Descendiente de las tinieblas by Tamara Kruger

Descendiente de las tinieblas by Tamara Kruger

autor:Tamara Kruger
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Fantástico, Romántico, Intriga, Novela
publicado: 2018-11-04T23:00:00+00:00


Capítulo 15

Dejamos los calabozos atrás y nos adentramos en la fortaleza. Mi padre antes de despedirse se mostró satisfecho ante mi conversión. No me he detenido a analizar cómo me siento al respecto de que él haya sucumbido a la vinculación, lo cual es un nuevo indicio de que varias de mis emociones fueron saqueadas. Los escoltas que siguen acompañando mi transitar se mantienen alertas con las manos sujetas en los mangos de sus hachas, una clara señal de que aún no confían del todo en mi transformación.

Seguimos avanzando hasta ascender una estrecha escalera que nos dirige a la segunda planta. Mi atención además de estar concentrada en memorizar cada rincón del castillo, también está instalada en el heredero del Valle Oscuro que lidera nuestro camino. Es imposible que no recorra las líneas y movimientos de su cuerpo que a cada paso despierta mi sentido de posesión y la intención de que nos encontremos en la intimidad. Al parecer, percibo las mismas sensaciones que los lobos y en este momento, me señalan que Alen es el compañero que elegí.

Mi interés se desplaza al escuchar y sentir la incomodidad de Taviana. Al observarla protesta en dirección de Liska que insistentemente la ronda.

—Alen, deberías alejar a tu animal de mi loba, ella no quiere ser cortejada y personalmente no respondo si lo ataca. —Menciono al leer el instinto asesino de Taviana y, sorprendiéndome otra vez de lo áspero de mi tono.

—Al parecer, no es el único que ya escogió a su pareja. —Alen me regala una de sus inconfundibles miradas de insinuación, la que encendería la caldera de cualquier mujer de nuestro territorio. Las imágenes me azotan recordándome que él ya estuvo en la cama con otras mujeres en mi reino. El calor se trasforma en enojo y con la necesidad de marcar lo que es mío. De inmediato aplaco el malestar al tener claro que no es momento de perder el control, no obstante, se mantiene la decisión de nunca volver a dejar que otra mujer toque un centímetro de su cuerpo.

—Esta será tu habitación por esta noche. —Alen alza la voz buscando mi atención, la que se encuentra enfocada en seguir buscando el control que a cada segundo se vuelve más inestable.

—¿Qué ocurrirá está noche? —Pregunto mientras observo la puerta cerrada y me obligo a seguir su conversación.

—Se llevará a cabo la ceremonia de reclamación, en donde los hombres luchan por la mujer que se convertirá en su pareja. —Se acerca hasta que su cálido aliento golpea el borde de mis labios y percibo cómo su palpitar asciende hasta alinear su ritmo al mío—. No tienes de que preocuparte, nadie osará exigir tu compañía. Y si algún hombre se atreviera a hacerlo, debes saber que estoy dispuesto a pasar por sobre quién sea necesario para obtenerte, porque tú, estás destinada para mí.

El llamado primitivo se estimula exigiéndome su contacto. Me muevo más rápido de lo que estaba acostumbrada, estrellándome contra su cuerpo. El vigor de mis brazos es algo que también me sorprende, sin embargo, de manera eficaz.



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